viernes, 7 de julio de 2017

Acoso escolar

Todos hemos oído hablar del moving en las empresas, cuando alguien estorba en su lugar de trabajo y se lo quiere apartar sea como sea. Cansarlo de estar en su puesto y conseguir que, al causarle incluso trastornos psicológicos, decidiese voluntariamente marchar. Las malas maneras de algunas personas no les vienen de ayer, quizás ya eran más malos que la tiña cuando eran pequeños. Insultos, malos tratos físicos, verbales o psicológicos reiterados, exclusión del grupo, fotos difundidas entre compañeros. El mal es peor si el acosador persuade a otros para que se añadan en esta conducta. El problema es que actúan impunemente sobre otros que son unos buenazos. La mayoría de los casos la víctima es tímida, más bien introvertida y no lo explica ni a los de casa ni a los maestros. Cuando la cosa dura demasiado, el niño cae en un estado que no quiere volver a la escuela y los padres y maestros no se lo explican. Difícil de averiguar cuál es el motivo y este es sencillamente acoso escolar. Pero atención uno de cada cuatro casos de acoso escolar se comete a través de les nuevas tecnologías, siendo el móvil la herramienta más utilizada por los fustigadores y la frecuencia aumenta con la edad. A partir de los 13 años el 36,5% de los casos de bullying son cyberbullying. Según un informe de la OMS del 2016, España es el séptimo país entre 42 de Europa y América donde los menores sufren más cyberbulling. Estamos ante un problema muy serio del que se ha de hablar.

traducciónde un artículo publicado en el Semanario el 3 de vuit

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