viernes, 17 de marzo de 2017

Madre


Semana de la mujer, cualidades y reivindicaciones. No dejo de pensar en mi madre que, en octubre, hará 10 años nos dejó. A pesar de llamarse como una flor, Margarita, nunca fue una persona frágil. Pilar de su familia, se mantenía en un segundo plano, tal y como en su época era de esperar. Mujer trabajadora, destacó por sus virtudes y habilidades, no recibiendo todos los honores que merecía como tantas mujeres de su edad. Hija de familia humilde, enamorada a los 15 años del seductor trompeta y violín del Quinteto Blanco, a la gran ciudad juntos se fueron con sus cuñados que de América volvieron. Eran tiempos difíciles y emprendieron un negocio en el que ella sería un buen puntal. Diseñaba lencería y con el nombre de Sinfonía sus creaciones salían con paleta de colores, como puras obras de arte que miraban de suplir la música que de los instrumentos de mi padre ya no se dejaban escuchar. Aislada por la carretera de tormentosas curvas del Bruch, veía a su familia de Pascuas a Ramos y de sus vínculos igualadinos se fue alejando, oyéndose decir muchas veces, “vaya suerte la tuya”, a pesar de trabajar sin conciliación familiar. Gracias a ella, de muy pequeña  escribí en catalán, pues en la escuela no nos enseñaban. Abuela increíble, nunca dejó de coser vestidos a sus nietos, a pesar de haber perdido gran parte de la visión. Ahora se emocionaría al ver a su nieta Laura haciendo de madre, única ilusión frustrada de la que se lamentó justo antes de su despedida. 

traducción del artículo publicado en el semanario el 3 de vuit

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