viernes, 17 de febrero de 2017

Las redes sociales

Hace tan solo 25 años, que costoso era ir al extranjero y hacer llamadas para dar señales de vida a la familia! Hijos que estudiaban o trabajaban lejos de casa, escribían cartas de vez en cuando para mantener vínculos. Recuerdo llamar desde cabinas telefónicas, cerradas o abiertas, en medio de la calle, que solo funcionaban con monedas, o haciendo llamadas a cobro revertido, si vacías tenías los bolsillos. Ahora, a coste cero, por Skype nos vemos incluso las caras. Hacia el año 92, las Olimpíadas nos acercaron a las comunicaciones vía satélite y los correos electrónicos empezaron a utilizarse con cierta cautela. Que risa, una vez, en Italia, viendo como los transeúntes hablaban por la calle con aquellos aparatos móviles, grandes como suela de zapato! Quién nos hubiera dicho que ahora, en todas las mesas, la mayoría de comensales, además de la servilleta, al lado del plato tendrían un móvil extraplano para recibir llamadas, mails, whatsapps, noticias de amigos en el Facebook, tweets, búsquedas profesionales en Linkedin... Cuantas amistades recuperadas gracias a las redes sociales. Sin excusas para comunicarse, nos ha cambiado la vida, sí, pero, hemos aprendido a hacer un buen uso de las redes sociales? Hemos de saber decir bien dicho aquello que queremos decir y no pasar contenidos tontos que aburren o agreden a los demás. No queramos perder contactos que no contestan, al sentirse acosados a todas horas viendo cómo se denigra la lengua. Hacer un buen uso de todo ello sería un buen reto.

traducción del artículo publicado en el semanario El 3 de Vuit

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