Poco imaginaba
que, después de ver la exposición interactiva de Van Gogh en
en el Port Vell de Barcelona, sin cuadros colgados en las paredes,
proyecciones en 3D, espacios recreados con algunas obras donde puedes pasear e
interactuar, descubriendo su vida por el contenido del montón de cartas que se
enviaron con su hermano Theo, donde describió cómo se sentía, se inspiraba según
donde vivía, con quien compartía el estudio, cómo sufría, se enferma y pintaba
compulsivamente cuando más enfermo estaba, aquella experiencia fuera superable.
Pues bien, nada me podía sorprender más el pasado sábado, que la experiencia sensorial más intensa posible de La Noche Estrellada de Van Gogh, cuando las
paredes de las Canteras en Baux de Provence, Carrieres de Lumières, proyectaban una espectacular puesta en escena de
visiones y perspectivas insólitas, haciendo al espectador un actor inmerso del
arte, caminando por un espacio inaudito, acompañado por la música a su paso. Un
verdadero reto artístico y técnico a la vez. Dicen que han querido expresar el
alma del pintor, mostrando su energía creativa, transmitiendo lo que él hubiera
querido dejar a la humanidad. Artículo publicado por el semanario El 3 de vuit.


No hay comentarios:
Publicar un comentario