Somos honrados, cumplidores y solidarios. Somos acogedores,
generosos e integradores. Somos moderados, somos un ejemplo de convivencia
ciudadana. Cuando estamos convencidos somos tercos, tenaces y tenemos sentido
común. Somos prudentes, pacíficos, pacifistas y tranquilos. Somos valientes,
fuertes y pragmáticos. Somos pacientes, respetuosos y comprensivos. Somos
conservadores entendiendo que debe haber cambios para evolucionar. Somos
capaces de crear riqueza porque somos estudiosos y trabajadores, emprendedores,
creativos, avanzados, eficaces y eficientes. Somos bilingües, sin contar otros
idiomas que también hablamos. Somos viajeros y originales. Tenemos científicos,
médicos, arquitectos, pintores, escultores, cantantes, músicos, intérpretes,
payasos, restauradores, deportistas, cooperantes solidarios, reconocidos en
todo el mundo. El músico e intérprete más universal, Pau Casals, en su discurso
de agradecimiento a la Medalla de la Paz que el secretario general de las
Naciones Unidas le entregó en 1971, dijo, emocionado, que era catalán y que
Cataluña había sido la nación más grande del mundo porque tuvo el primer
Parlamento democrático mucho antes que Inglaterra y fue la que acogió el inicio
de las Naciones Unidas, en el siglo undécimo, cuando sus autoridades se
reunieron en una ciudad de Francia, antes catalana, para hablar de la paz en el
mundo. No somos violentos, ni bravucones, ni fanfarrones, ni mentirosos, ni
provocadores, ni delirantes, pero tampoco somos ingenuos. No, la convivencia no
está en peligro en Cataluña, estad tranquilos.
traducción al castellado del artículo publicado en el semanario El 3 de vuit
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