Del deshielo de la nieve y la lluvia intensa, el
agua cristalina baja por la montaña. Viaja por ríos, llega al mar y al
evaporarse forma nubes que la volverán a nuestro planeta. Que gran viajera es
el agua! Conocerá mundo, irá de paso, se encontrará obstáculos, acariciará si
es suave y tranquila, arrastrará con fuerza si va de prisa. Formará cascadas,
ríos de aguas bravas, ríos caudalosos, redondeará con el tiempo superficies
duras, como tranquilos arroyos hará crecer cañas y chopos en sus orillas. Azul
transparente se teñirá del barro depositado en los cauces. Por los minerales
que se lleve dará a beber en fuentes preciadas y sin querer, se intoxicará con
aguas residuales mal depuradas. Aguas pluviales enterradas llenarán pozos y
regarán prados, plantaciones y huertos; darán de beber a animales, árboles y
plantas, refrescando a sedientos, hidratando a los más secos, aclimatando
ambientes urbanos. A menudo será escasa y de su añoranza nos daremos cuenta del
daño que le estamos haciendo, porque, a pesar de todo, siempre irá adelante, y
tarde o temprano volverá, ya veces no lo hará como estamos acostumbrados,
porque si se enfada su furia duele, al viajar alrededor de la maltratada
tierra. Y desaparecerán especies y enfermarán seres humanos y cada vez que nos
preguntemos qué está pasando, comprobaremos que no ayudándola nos hacemos, a
nosotros mismos, daño. El círculo natural del agua ejemplo de un viaje cargado
de belleza e infortunio a proteger como tantos otros viajes.
artículo traducido del publicado en el semanario el 3 de vuit
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